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Una noche, en el Día de Amor y Amistad, fue suficiente para comprobar el gran poder de convocatoria que tiene Genaro Redondo. Es el médico del pueblo, que abandona su oficio de galeno por un tiempo y se mete de lleno a la política, al darse cuenta de que los peores males para curar no están en los hospitales, sino en la administración pública que a muchos ciudadanos afecta.
El pueblo ha comprendido su mensaje particular, y desde entonces lo siguen como todo un fenómeno en masas. No deja de vestir su ropa azul como médico en medio de la campaña, porque sabe que solo con ese espíritu, por primera vez en la historia de Riohacha, las cosas políticamente van a sanar.
En el encuentro que tuvo ante la multitud, a las afueras del coliseo Eder Jhon Medina Toro, dejó la prueba de que la gente cree en su discurso electrizante por el micrófono, pues fue impresionante la asistencia, para muchos por primera vez conocer en persona al hombre que va a curar a la mayoría de los riohacheros, sin necesidad de tocarlos.
Con sus programas como alcalde, ganando la campaña por la alcaldía de Riohacha, de esta manera afirma el médico que los ciudadanos por la corrupción no se pueden seguir enfermando. Fue vibrante, como si hubiera estallado una bomba atómica, escuchar los aplausos que dejaron liberar tanta energía.
Es claro que con esta imagen en escena, el médico de la gente, será el alcalde único del pueblo. Por una razón: en su agenda de llegar a ser alcalde, tiene también como prioridad la salud. Por ello es su aceptación ante el público masivo, que habla más que su mismo gran discurso. En conclusión, quedó confirmado este 16 de septiembre que Genaro Redondo es el médico de la gente, el de siempre, que va por la alcaldía acompañado con mucha, pero con muchísima gente.
