Históricamente, la población wayuu en La Guajira ha enfrentado diversos desafíos como etnia (la más grande de Colombia). Entre ellos se encuentran la escasez de agua potable, problemas de acceso a servicios de salud adecuados, altos índices de desnutrición especialmente entre los niños, y dificultades en la educación debido a la falta de infraestructura y recursos.
Además, hay problemas de conflicto social y cultural, así como la presión sobre sus tierras ancestrales debido a intereses comerciales y extractivos. Estos desafíos hacen que la situación de los wayuu sea compleja y requiera de atención urgente y soluciones sostenibles.
A partir de esa necesidad, nació el proyecto ‘Plan de vida wayuu’, una iniciativa que tiene como objetivo empoderar a toda la población wayuu para que aborden estos desafíos revitalizando su identidad, fortaleciendo su organización y mejorando su relación con los programas gubernamentales, en la cual existe una desconexión total.
Durante tres meses, la Asociación de autoridades tradicionales wayuu Apunajaa Wauya, desarrolló el proyecto en cuatro etapas: primero se realizó un diagnóstico para identificar necesidades y fortalezas; segundo, se diseñaron las estrategias y actividades específicas; tercero, se ejecutaron talleres, programas y proyectos en colaboración con líderes locales y expertos; y por último se documentaron los avances, logros y lecciones aprendidas con el fin de compartir con otras comunidades indígenas.
Diálogo directo con las comunidades
El proyecto se ejecutó con una muestra poblacional de 200 personas de la comunidad Uriptaure; 78 de la comunidad Angostura; 43 de la comunidad Pasajerrau; y 89 familias del Cabildo indígena El Principio. Todas las comunidades ubicadas en la zona rural del distrito de Riohacha.
Durante los encuentros con las comunidades visitadas, se pudo observar una notable unidad como población, pero también se destacó la urgente necesidad de abordar la escasez de recursos hídricos que afecta profundamente a cada habitante en sus aspectos humanos, físicos y sociales. Existe una clara insatisfacción por la falta de respaldo de las entidades gubernamentales, quienes no cumplen cabalmente sus compromisos y generan desconfianza en la población. Esto ha perpetuado el temor de perder las tradiciones que son fundamentales para mantener la dignidad cultural y las costumbres en sus territorios.
Cada diálogo con las comunidades intervenidas permitió identificar como uno de los principales factores de riesgo es la grave escasez de agua potable. Las comunidades dependen principalmente de pozos y jagüeyes, que no siempre proveen agua segura para el consumo humano y animal. Esta situación ha exacerbado problemas de salud graves, como enfermedades gastrointestinales y cardiovasculares, afectando gravemente la salud y la producción de las comunidades.
Una posible solución, desde un enfoque diferencial, implica garantizar que las comunidades sean escuchadas, respetadas y apoyadas en la preservación de sus tradiciones culturales. Es fundamental implementar planes y programas que valoren y promuevan la cultura wayuu, asegurando así su autonomía alimentaria, desarrollo agropecuario y el uso de la medicina tradicional. Este enfoque también debe integrar políticas públicas que respeten el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, buscando eliminar cualquier forma de discriminación racial estructural.
En ese sentido, para preservar tanto la existencia física como cultural de los wayuu, es importante fortalecer diversos programas institucionales en las comunidades. Además, se deben ejecutar proyectos específicos para mejorar el abastecimiento y manejo de recursos hídricos, así como fortalecer la identificación y ampliación de territorios resguardados. Todo esto, guiado por un enfoque diferencial y participativo que asegure la sostenibilidad de las acciones y promueva el reconocimiento y la protección de los patrones culturales de las comunidades indígenas.
Soluciones para mejorar la calidad de vida de los wayuu
Para abordar estos desafíos, es necesario que las políticas y programas implementados por el Gobierno Nacional respeten y fortalezcan la cultura wayuu. En ese orden de ideas, luego de ejecutado este proyecto se recomienda desarrollar e implementar programas específicos, tales como:
1. Programa de apoyo alimentario y nutricional: en colaboración con el ICBF, dirigido a niños, adolescentes y adultos mayores.
2. Programa de educación intercultural bilingüe y saneamiento básico: focalizado en preservar la cultura y mejorar las condiciones de salud e higiene.
3. Programa de abastecimiento y manejo de recursos hídricos: para garantizar el acceso a agua potable segura.
4. Proyectos productivos y artesanales: apoyados por entidades como el Ministerio de la Igualdad y el Ministerio de Cultura, para fortalecer la autonomía económica y preservar las artesanías tradicionales.
Alcances del proyecto a corto y largo plazo
A corto plazo, el proyecto fortalece la unidad interna y la gestión de conflictos en las comunidades intervenidas, además de revitalizar sus prácticas culturales, generando un mayor sentido de identidad y bienestar emocional. Por su parte, a largo plazo, estos cambios deberán perdurar, mejorando la calidad de vida a través de un acceso equitativo a recursos y servicios, mientras que la capacidad de toma de decisiones y resolución de conflictos fortalezca la resiliencia comunitaria, impulsando un desarrollo sostenible y autodeterminado de la etnia.
En conclusión, el Plan de Vida para la comunidad wayuu en La Guajira se convierte en la oportunidad de transformar los desafíos en oportunidades y empoderar a la población indígena wayuu para tomar el control de su destino, preservar su herencia cultural y mejorar su calidad de vida de manera sostenible pero sobre todo armoniosa.