El gobierno de Canadá y UNICEF unen esfuerzos para garantizar los derechos de la niñez en el país, en materia de migración, salud, nutrición, WASH, educación y protección, con un enfoque especial en las mujeres y las niñas. Además, esta alianza contempla el fortalecimiento de la respuesta del Estado, para dejar capacidades instaladas que permitan la sostenibilidad de sus acciones en el país.
En el marco de esa alianza, el ministro de Desarrollo Internacional de Canadá, Ahmed Hussen, junto a un equipo de trabajo, visitaron el departamento de La Guajira en Colombia para conocer las dinámicas migratorias y poblacionales, así como las acciones que realizan UNICEF, ACNUR y OIM. Además, junto a OPS, el Gobierno de Canadá y UNICEF lanzaron la iniciativa CanGive para mejorar la implementación de los esquemas de vacunación en el país.
CanGive busca también mejorar los procesos de entrega y distribución de vacunas, aumentar la confianza en los procesos de inmunización y contribuir al acceso equitativo y el fortalecimiento de los sistemas de salud en los departamentos de Caquetá, Putumayo, Amazonas, Arauca, Vaupés, Chocó, La Guajira, Nariño, Guainía y Vichada.
Atención a la población migrante
El ministro Hussen visitó Paraguachón, punto fronterizo entre Colombia y Venezuela. La Guajira, y específicamente la zona de frontera de Maicao, enfrenta diversos desafíos que incluyen la presencia de grupos armados, economías ilegales y alta informalidad laboral, la naturalización de violencia contra la niñez, necesidades básicas insatisfechas y limitaciones estructurales en la capacidad de respuesta institucional.
Además, según datos del Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM), se han identificado 216 trochas o pasos informales a lo largo de los 249 kilómetros de frontera y varios de ellos llevan a este punto. El tránsito por estos pasos informales exacerba los riesgos de explotación y violencia a niños, niñas y adolescentes.
En Paraguachón, UNICEF instaló baterías sanitarias con baños, duchas y puntos de hidratación para brindar acceso a agua segura, higiene y espacios dignos y protectores a la población migrante, pendular y comunidades de acogida. Yudis Peralta Montes, líder comunitaria, coordina desde hace cinco años la atención en este espacio, que presta su servicio de lunes a sábado desde las 6:30 de la mañana hasta las 2 de la tarde.
“Esto era un punto no muy agradable. La llegada de UNICEF ha sido muy importante. El cuidado y la tranquilidad que sienten las personas al ingresar a los baños, al traer a sus niños, para el cuidado de los adolescentes, de las mujeres embarazadas. En este espacio se sienten muy tranquilos, les brinda seguridad. Antes las personas tenían que ir al monte, para hacer sus necesidades a campo abierto o tenían que pagar (…) acá no, acá todo es gratis”, afirma Yudis. En el espacio también está Joanna Amaya, una joven Wayuu que brinda atención en Wayunaiqui a quien lo necesite.
Además de estas baterías sanitarias, UNICEF ha implementado distintas acciones para responder a situaciones que ponen en riesgo la protección de la niñez y adolescencia migrante, gracias a los recursos de Canadá y otros donantes. Junto con la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), UNICEF apoya la creación de un Centro especializado para la niñez víctima o sobreviviente de violencia sexual que opera el Instituto Colombia de Bienestar Familiar (ICBF) en Riohacha: un 30% de la población atendida en este centro es migrante venezolana. A partir de septiembre, empezó además a operar un Centro de Emergencias, dotado por UNICEF y que será operado por una organización local, capacitada y apoyada técnicamente por UNICEF.
La educación no puede esperar
Con la propagación del covid-19 y el cierre prolongado de las escuelas, los niños y niñas refugiados y migrantes de Venezuela enfrentaron dificultades para asistir a las escuelas, lo que aumentó el ausentismo escolar e interrumpió sus estudios. Esto a su vez generó una pérdida de aprendizaje, agudizando la cifra de niñas, niños y adolescentes en extraedad y generando un aumento de demanda educativa para básica primaria.
En respuesta a esta situación, UNICEF -junto al socio implementador World Vision- llevan a cabo iniciativas de aceleración escolar focalizadas en Maicao, Riohacha y Paraguachón en La Guajira. El proyecto también cuenta con acciones en los departamentos de Antioquia y Norte de Santander.
Para UNICEF y donantes como el gobierno de Canadá, es importante apoyar acciones educativas que permitan a los niños y niñas iniciar y completar sus trayectorias básicas a la edad indicada, adquirir los conocimientos básicos y acceder al sistema formal de educación. Por ello, junto a la iniciativa Education Cannot Wait, este proyecto busca que niños y niñas en extraedad puedan nivelarse en los estudios básicos y, posteriormente, reintegrarse al aula y continuar sus trayectorias educativas.
Dentro del proyecto se incorpora el modelo de aceleración escolar del Ministerio de Educación, para aquellos niños que tienen un desfase edad-grado. “El apoyo de UNICEF es muy importante para estos procesos porque son demasiados los niños que se encuentran en una etapa de desescolarización y ha brindado la facilidad de impactar a muchos niños, niñas y adolescentes colombianos, migrantes, población Wayúu, palenquera y de diferentes etnias. Nos han brindado del apoyo tanto en materiales, espacios y poder impactar de manera positiva y significativa la vida de estos estudiantes”, agregó Solbey Orozco, docente de una institución educativa indígena de la zona y quien estuvo presente durante la visita a esta institución.
PIO – atención y orientación itinerante para la primera infancia
En el último tramo de la visita, el ministro Ahmed Hussen conoció el trabajo que hace UNICEF y su socio implementador Significarte, a través del proyecto PIO (Punto de Atención y Orientación), que cuenta con puntos de atención fijos e itinerantes en zonas priorizadas de Colombia como Arauca, Norte de Santander, La Guajira y Antioquia para atención a primera infancia, así como a madres gestantes, lactantes y sus familias.
En este espacio itinerante, los niños y niñas pueden disfrutar de juegos y actividades de estimulación temprana para promover el aprendizaje, la integración y fomentar un desarrollo infantil sano. Gracias a los espacios itinerantes, niños y niñas de asentamientos y zonas vulnerables pueden participar de estas actividades muy cerca a sus hogares.