Rodeada de pimpinas y botellas plásticas de gasolina se encuentra la escultura del capitán Eduardo Londoño Villegas en el mismo parque que lleva su nombre y quien fue el fundador del municipio de Uribia, La Guajira. Asimismo, la entrada al municipio también registra el mismo panorama.
Situación que se viene evidenciando desde que inició el 2024 y que aumenta cada día en la capital indígena de Colombia ante la mirada indiferente de las autoridades administrativas. Para algunos esta práctica es de beneficio para el municipio y para otros no.
La población en general exige a las secretarías de: Gobierno, Planeación, Cultura, Movilidad e Inspección Central de Policía, para que articuladamente realicen operativos de control con la fuerza pública y con ello evitar que se presente un hecho que lamentar.
Los uribieros están pidiendo una reubicación con urgencia en un lugar mas abierto y lejos de la zona céntrica, de esas personas que venden combustible de manera desorganizada y que cada día se apoderan del espacio público en parques y avenidas.
A este panorama de invasión del espacio público, se suma la duda de procedencia del combustible, teniendo en cuenta que el costo de estas pimpinas o botellas resultan más económicas que la ofertada en las estaciones de servicio del municipio.