En lo que es llamada la Media Guajira, al norte de Colombia, crece desde 1984 un bosque de más 19.000 hectáreas. Este hace parte de las áreas conservadas y rehabilitas por la empresa Cerrejón, la cual, desde inicios de su operación ha venido documentando como estás áreas, antes fincas de ganadería y luego áreas mineras, hoy, a partir de acciones de rehabilitación y compensaciones ambientales, son uno de los ecosistemas de bosque seco tropical mejor conservado del Caribe Colombiano, con la capacidad de contribuir a regular el clima y los cuerpos de agua, mejorar la seguridad alimentaria y otros servicios ecosistémicos.
Los efectos generados en el largo plazo por la presencia de la minería y las actividades asociadas de conservación ambiental en la zona han sido validados por diferentes estudios como los realizados por la Universidad Javeriana y la Universidad EAN en alianza con la Asociación Colombiana de Minería, que evidencian el desarrollo de una minería responsable.
“Los efectos positivos se ven en el largo plazo, gracias a las actividades de rehabilitación de zonas mineras y las compensaciones ambientales que desarrollan las compañías y que favorecen la biodiversidad, el agua, la creación de ambientes o hábitats para la fauna, gestión del riesgo climático, el diseño de paisajes con perspectiva regenerativa y las innovaciones institucionales locales”, afirmó Brigitte Baptiste, bióloga y rectora de la Universidad EAN, quien estuvo a la cabeza de la investigación.
Para adelantar los procesos de restauración que realiza Cerrejón, la empresa conformó una red de viveros comunitarios liderados por mujeres, quienes se encargan de la recolección de semillas, la producción de plántulas, la siembra de árboles y el monitoreo de la supervivencia de los individuos. La iniciativa busca implementar una bioeconomía contribuyendo a la transformación sostenible a partir de soluciones basadas en la naturaleza, generando ingresos para los actores del territorio y empoderándolos del cuidado del bosque en recuperación.
Con esta gestión, Cerrejón contribuye a la conformación de un corredor biológico de más de 25.000 hectáreas, entre la Serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta, el cual ofrece hábitats adecuados como bosques y cuerpos de agua donde pueden encontrar alimento abundante y refugio para especies amenazadas como el jaguar, el cual no se avistaba desde hace casi 50 años en el territorio.
“Nos llena de satisfacción poder ver en estos resultados derivados de la gestión realizada por la empresa, la cual es de vital importancia para los bosques secos tropicales en La Guajira y el país, siendo este uno de los ecosistemas más amenazados Colombia. Los bosques cumplen un rol fundamental en la adaptación al cambio climático, la regulación del agua, además nos brindan importantes beneficios económicos, sociales y culturales”, concluyó Luis Madriñan, gerente de Gestión Ambiental de Cerrejón.