En un esfuerzo sin precedentes por abordar los crecientes problemas de inseguridad en el municipio de Uribia y sus corregimientos, se llevó a cabo la primera mesa del Foro de Seguridad, Convivencia y Resguardo Indígena, promovido por la administración del alcalde Jaime Luis Buitrago García.
Este foro reunió a autoridades tradicionales, representantes del consejo mayor de palabreros, la cúpula militar del Ejército Nacional, la Policía Nacional y líderes de los 21 corregimientos del municipio, para establecer un diálogo genuino sobre las problemáticas que aquejan a la región.
El municipio de Uribia, conocido como la capital indígena de Colombia, enfrenta una creciente ola de inseguridad que afecta tanto a sus habitantes como a los transeúntes. Las principales vías, como el tramo que conecta Cuatro Vías con Maicao, Uribia y Manaure, se han convertido en escenarios recurrentes de robos y actos delictivos. Las autoridades presentes en el foro denunciaron que grupos armados provenientes de la frontera con Venezuela cometen delitos en territorio colombiano y regresan a refugiarse al vecino país, lo que complica la respuesta efectiva de las fuerzas de seguridad.
Uno de los puntos más destacados fue la problemática de los peajes improvisados, que, según los asistentes, son focos de atracos a vehículos particulares y transportadores de alimentos. Además, se identificó el narcotráfico como el mayor flagelo en la Alta Guajira, especialmente en corregimientos fronterizos como Flor del Paraíso, Pusheo y Wimpeshi y entre, donde operan grupos armados ilegales.
El foro destacó por ser un espacio de diálogo constructivo y articulado. Aníbal Mercado, representante del Consejo Mayor de Palabreros, subrayó la importancia de integrar el sistema normativo Wayuu en las estrategias de seguridad. Según Mercado, este sistema ancestral desempeña un rol fundamental en la resolución de conflictos y podría ser clave para fortalecer la convivencia en la región.
Por su parte, David Rodríguez, autoridad ancestral del corregimiento de Irraipa, solicitó mayor presencia del Ejército Nacional para garantizar la tranquilidad de las comunidades, pero instó a que esta presencia se lleve a cabo respetando los derechos y la autonomía de los pueblos indígenas.
Asimismo, Donald Villalba, delegado del Ministerio del Interior, destacó la relación entre la falta de oportunidades laborales y el aumento de la delincuencia juvenil en la región. Señaló que es necesario implementar estrategias integrales que incluyan programas sociales y educativos para prevenir que los jóvenes sean reclutados por grupos armados. También destacó el impacto del conflicto interclanil como un factor que alimenta la inseguridad.
En ese sentido, la líder comunitaria Hortensia de Luque hizo un llamado a las autoridades para que adopten un enfoque más empático al abordar problemáticas como la falta de documentación de vehículos, lo cual ha generado tensiones entre la Policía Nacional y las comunidades.
Compromisos de la jornada
El secretario de Gobierno de Uribia, René Alberto Lindarte Velázquez, concluyó la jornada enfatizando la necesidad de continuar estas mesas de trabajo en las comunidades más afectadas. Además, anunció la creación de un protocolo articulado entre las autoridades tradicionales y la fuerza pública para garantizar la seguridad y la convivencia. También se comprometió a fortalecer la Casa de Justicia para que los ciudadanos tengan acceso fácil y efectivo a los servicios legales.
Como resultado del foro, se estableció un consejo de seguridad urgente para atender las denuncias de presencia de grupos armados en la región. También se acordó trabajar en estrategias de empleabilidad y capacitación para jóvenes como una forma de atacar las raíces sociales del problema.
Aunque el foro fue un espacio de avances significativos, se notaron importantes ausencias, como las de las administraciones municipales de Maicao y Manaure, a comparacion de la Gobernación de La Guajira los cuales terminaron en medio de un paro en el sector de Aremasain, asi mismo por las otras administraciones fue percibida como una falta de compromiso con un tema que afecta directamente a toda la región.
Finalmente, la inseguridad en Uribia y la Alta Guajira no es un tema nuevo, pero este foro marca un hito en los esfuerzos por abordar la problemática desde una perspectiva integral que combine los conocimientos ancestrales Wayuu con las herramientas del Estado. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá de la continuidad de estos espacios de diálogo y del compromiso real de todas las partes involucradas para garantizar la seguridad y el bienestar de las comunidades.