En el primer día de recorrido por la Alta Guajira, la Primera Dama de la Nación, Verónica Alcocer, mostró su sensibilidad y talante, fue fuerte en su discurso pero sensible ante las múltiples carencias que la comunidad wayuu le manifestaba.
Un hecho para resaltar es que los niños se mostraron muy cercanos, y ella les correspondió igual. Fueron momentos emotivos, los niños le arrancaron lágrimas y risas, y es así como algunos de ellos la invitaron a bailar al ritmo de la Yonna, baile autóctono de la cultura wayuu.
Para muchos de los presentes este corto momento no fue un baile más de la Primera Dama, sino una forma de acercamiento con esos esos niños wayuu que claman por una mirada más certera del Estado a esta población.